CABEZAS RUBIAS

CABEZAS RUBIAS
CABEZAS RUBIAS DESDE EL MOLINO LA DIVISA

viernes, 24 de febrero de 2012

HISTORIA DE MI PUEBLO

Cabezas Rubias atesora una Historia milenaria labrada con el esfuerzo de sus gentes. En un medio natural verdaderamente privilegiado, las tierras rubiatas han soportado una intensa actividad minera que no obstante ha convivido con los aprovechamientos más tradicionales de la sierra, basados en la ganadería y la agricultura.
 Su Historia, sus fiestas, su gastronomía, su naturaleza y sus gentes on una excelente invitación para adentrarnos en el Andévalo más puro y genuino.
La riqueza minera de estas tierras ha motivado su intenso aprovechamiento desde tiempos pretéritos. Así, en el yacimiento de Los Pedernales se han encontrado abundantes restos
arqueológicos y sepulcros calcolíticos. El emplazamiento romano se encontraba en el
camino que discurría entre la desembocadura del Guadiana y Emérita Augusta.
El inconfundible tono dorado que confieren los pastizales de los montes que salpican su término y
el aspecto rojizo que el hierro da a sus suelos determinaron la primitiva denominación romana de este municipio onubense, Ad Rubras, originariamente situado más al sur del emplazamiento actual y que es mencionado en el itinerario Antonino. Otros autores por el contrario sostienen que la posada existente durante la Edad Media denominada Venta Rubia, y que existió al menos hasta la centuria decimonónica, dio nombre al pueblo. Sea como fuere, su Historia ha estado ligada al Condado de Niebla, al que se unió tras el Tratado de Badajoz de 1267 por el que las tierras comprendidas entre los ríos Guadiana y Guadalquivir engrosaron los territorios incorporados a la Corona de Castilla.

Durante los siglos XIV a XVI numerosas epidemias diezmaron sistemáticamente la población,
muy reducida hasta los albores de la Edad Contemporánea. Otro hecho luctuoso tendría
lugar: a mediados del siglo XVII, Cabezas Rubias fue arrasada por los portugueses y buena parte 
de sus pobladores sucumbieron ajusticiados a cuchillo en uno de los episodios más trágicos de la Historia rubiata.
 En los primeros años del siglo XVIII continuaron las incursiones y saqueos portugueses en
la zona. Eran años además de permanentes disputas y pleitos con poblaciones vecinas por tierras de sembradura y pastos.
Tras la fiebre minera y el boom demográfico que Cabezas Rubias experimento desde mediados del siglo XIX, la decadencia de esta actividad apenas una centuria más tarde  nos devolverá 
un municipio de profundas raíces rurales y agroganaderas, que en la actualidad apuesta decididamente por el aprovechamiento de sus recursos naturales endógenos como garantía de futuro.



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